jueves, 8 de marzo de 2007

Radiografía de un ex-pat

Una de las cosas buenas que tiene ser un ex-pat es que te permite conocer y convivir con personas de otra cultura e incluso con aquéllas que proviniendo de un entorno similar y a pesar de no tener mucho en común, acaban ocupando un lugar en las telarañas de tu corazón. En general, se trata de una experiencia muy enriquecedora y positiva de la que se aprende mucho.

Sin embargo, con el tiempo siempre aparecen elementos subversivos. Personajes de todo género y condición dispuestos a amargarnos nuestra estancia alejados del hogar. He aquí una pequeña guía para identificarlos y sobre todo para no sufrirlos:

1. El Listo (Sabelotodus todus). Llegó a China unos meses antes que tú o quizá fueron unas semanas más tarde, aunque cualquiera diría que fue quien puso la primera piedra en la Gran Muralla. Es inútil intentar cualquier tipo de conversación con él porque ya le ha pasado de todo. Padece el trastorno de personalidad conocido como "historias en primera persona", historias ajenas adaptadas a su superego. No suele ser mal tío pero a los cinco minutos acaba siendo insoportable. Preséntale a otro listo y nunca más vuelvas a hablar con él.

2. El Borracho (Gintonic Revolotum). No importa el motivo, día de la semana y la graduación alcohólica, el borracho siempre está dispuesto a tomarse lo que él llama una copichuela. La resaca no le permite incorporarse al trabajo hasta las 2 de la tarde pero no importa porque cada mes le siguen cayendo sus 5.ooo euros. Le caes muy bien desde aquel día que le llevaste a la barra libre en casa de tu amigo Pablo. Curiosamente, Pablo no te ha vuelto a llamar pero El Borracho lo hace cada noche a las tres de la madrugada desde el club de moda para recordarte lo marica que eres. Cambia de número de teléfono.

3. El Mochilero (Homo Guarrus). El Mochilero llegó a China tras 22 días en el Transiberiano. El último hostal con ducha en el que se hospedó estaba en Vladivostok y se percibe a unos cuantos metros de distancia. El Mochilero es seguidor de todo tipo de -ismos y de cualquier corriente "neo" por igual. Su próxima parada es Melbourne donde va a protestar no sabe muy bien contra qué pero si puedes darle algunos euros para el pasaje, la comunidad te lo agradecerá.

4. El Enfermo (Homo Salidus). Este personaje sufre la llamada "fiebre amarilla" y es portador de todo tipo enfermedades venéreas algunas de ellas todavia por descubrir. En su lugar de origen, llevaba cinco años sin conseguir un número de teléfono y doce sin probar las bondades del sexo con amor pero aquí solamente le bastaron 48 horas. El enfermo conoce todas las peluquerías de dudosa reputación y todos los salones de masaje con happy ending. Nunca le presentes a tu mujer, está crecido.

5. El Amargado (No tiene nombre clásico). El amargado llegó a China de rebote, el ejecutivo que su empresa había fichado como responsable de la nueva planta productiva en China, murió en extrañas circunstancias y prácticamente, sin tiempo para reaccionar fue ex-patriado a un pueblo de la provincia de Zhejiang bajo la amenaza de perder su trabajo. Ni que decir tiene que al amargado todo le sale mal, a pesar de haber dejado unos cuantos sobres en distintos despachos, las licencias de la fábrica siguen sin ser aprobadas; su asistente le ha dejado plantado en ocho ocasiones; nunca sale porque su jefe le llama todos los días a las 11 de la noche para preguntarle por las muestras que tenía que mandar... No le gusta la comida china, no habla inglés ni chino, tiene alopecia galopante desde que llegó, y la úlcera y las hemorroides se le han vuelto a reproducir. Es la única persona que conozco que tiene motivos para saltar desde la torre JinMao. Dale la dirección y explícale como llegar hasta allí.

6. La Chica (Rosa Rosae) Rosa probó la aventura china arrastrada por el amor a su cultura, el Feng Shui , el cine de Wong Kar Wai, director que acabó detestando cuando descubrió que era de Hong Kong, al igual que a su novio de toda la vida, aunque a este por razones distintas . Rosa es un apasionada de la gastronomía oriental y buena prueba de ello son los 9 kilos que ha ganado desde su llegada. Ha dejado de salir por las noches porque se siente invisible... a pesar de su gran tamaño y de sus escotes cada día más pronunciados. Todo resulta en vano. Pese a las dificultades, conserva la fe en sus principios "la belleza está en el interior" y "el tamaño no importa". El Homo Salidus se ha convertido en su mejor amigo. Se comenta que tras una noche en la que salieron solos... no hay testigos.


Estos personajes son de ficción, producto de los inexcrutables confines de la mente del que firma.Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy grande!!! Me he reido muchísmo. Voy a por la segunda parte.

Anónimo dijo...

Magnífico!

Yo he pasado por casi todas esas fases, y conozco cuatro o cinco personas en cada categoría que nombras.

Lo cual me imagino que me convierte en la primera (sabelotodus). Lamentable...