martes, 8 de octubre de 2013

Un viaje


No recuerdo cuando empezó este viaje.  Solo recuerdo los pueblos de la campiña inglesa, uno tras otro, alejarse tras el cristal y los nombres de sus pubs pétreos y silenciosos: la taberna, el arado, la vaca roja.

Gary Dale al volante con su eterna sonrisa y su cháchara incesante. Más curvas y más cambios de rasante y cruzar el Tyne al atardecer  con las luces tenues y plomizas de Newcastle al fondo. Aquella tarde mi madre cumplía 60 años . Llamé.
-“Mamá felicidades”,  “mamá te quiero”. Acerté a decir mientras me desataba el nudo de mi garganta.

No recuerdo nada más. Gary me llevó al hotel y se despidió hasta la mañana siguiente . Sentado en la cama abrí el cajón de la mesita de noche. Había una Biblia. Si el hotel hubiera tenido un par de estrellas más, el servicio de atención al cliente habría dejado una parabellum.

Me quedé dormido. Cuando desperté estaba sentado en un tren. Acababa de cruzar la frontera entre China y Hong Kong. Llovía.

lunes, 22 de julio de 2013

Recuerdos

Recuerdo las tardes de Julio pegajosas como moscas
en la ciudad salvaje y brutal.
Recuerdos los amigos que un día fueron casi sin querer recordar.
Y el ruido de fondo,
era fondo y era más,
ahora es un piedra que avanza al océano abismal.

Recuerdo la familiaridad de caras extrañas, hombres y mujeres, por igual.

El tiempo pasa, es verdad
y los días y las hojas y las metáforas
y todo queda lejos y perdido como un jueves de infancia.