miércoles, 25 de abril de 2007

Día Internacional de la Propiedad Intelectual



Mañana se celebra el día internacional de la propiedad intelectual. Con esta manía de celebrar el día internacional de lo que sea dentro de poco habrá que alargar los años a décadas o mejor aún podremos celebrar la hora internacional. Los bares ya celebran la happy hour, la humanidad podría celebrar la hora internacional en defensa del mando a distancia, o por la protección del burro ibérico o por la divulgación del canto gregoriano o por cualquier otra causa por la que merezca la pena perder una hora en nuestras ajetreadas vidas.

Sea como sea, yo me he adelantado a tan especial evento y esta mañana he estado en un mercadillo celebrando a mi manera el día de la propiedad intelectual. Sí, lo reconozco, consumo productos piratas. En mi defensa he de alegar que nada de lo que he comprado es para mi, todo son encargos para familiares, amigos y para familiares y amigos de otros familiares y amigos. He desarrollado cierta fraternidad con los vendedores pero no la suficiente como para que no me intenten tangar cada semana.

Cuando en 2006 el antigua mercado de las copias de la calle Sanya fue demolido, algún ingenuo pensó que la piratería tenía sus días contados. Es cierto que la propaganda oficial y que el sindicato de expertos en China repiten como si de un mantra budista se tratara aquello de que se hace todo lo posible para combatir la piratería. Sólo hay que darse una vuelta por cualquier mercadillo para comprobar lo contrario. Algún vendedor me ha llegado a contar a qué hora llegará la policía y cuanto cuesta que miren para otro lado

La piratería en China es como una lagartija. Le cortan la cola y con el tiempo vuelve a aparecer. Nadie se atreve a cortarle la cabeza porque esta medida drástica generaría demasiado descontento social entre los millones de personas que viven de este sector tan rentable. Además, mientras las hordas de turistas europeos y americanos sigan comprando habrá un chinito en cualquier esquina gritando "watchy watchy".

La mentalidad china entiende la copia como un tributo que se hace al original. Eres bueno, pues te copio. Las marcas extranjeras aceptan la violación de los derechos de propiedad intelectual como el peaje que tienen que pagar para vender en China y la única manera para combatir la piratería parece ser la innovación y rotación continúa del producto, los "diseños de caja negra" y el acceso restringido a tecnologías claves. Las leyes, en China, están para otra cosa.

No hay comentarios: