jueves, 26 de abril de 2007

Auto Shanghai 2007


Todo lo relacionado con las cuatro ruedas levanta pasiones en China. Las empresas de automóviles nacionales e internacionales hacen cola para vender utilitarios a una población hambrienta de caballos de vapor y de sensaciones al volante. La Auto Shanghai reúne a la industria internacional del automóvil y la eleva a la catergoría de espectaculo para satisfacción de una audiencia inquietantemente curiosa pero extremadamente fácil de contentar.

La parte del recinto dedicada a los profesionales del sector en nada se diferencia a las decenas de ferias que sobre el sector se celebran en China. En esta sección, se sitúan los pocos fabricantes españoles que han expuesto y el resto de expositores internacionales de auopartes y componentes.

La otra parte, donde se exponen los vehículos, es un gran parque temático. Por las dimensiones del stand, la ubicación del mismo y la puesta en escena, Chery toma la delantera al resto de marcas chinas Geely, Brilliance, Great Wall, Roewe por nombrar algunas para convertirse en el campeón nacional. Parece que los esfuerzos por convertir a esta marca en el primer fabricante chino en lanzarse al asalto del mercado internacional empiezan a dar resultados.

El público hace cola para llevarse cualquier recuerdo por inútil que sea, de hecho la feria es una cola continua. La masa no se dispersa hasta mucho después de cruzar las puertas de salida. Los coches tienen dura competencia, las modelos subidas a los capós maullan como gatas en celo mientras son poseídas por los flashes.
Las maniquíes eslavas, con su belleza fría y distante son las que más miradas atraen, sus colegas chinas parecen perfiladas por algún descendiente de Gepetto pero todas tienen algo en común, son víctimas de su propia imagen y de los organizadores de este tipo de eventos empeñados en convertirlos en karaokes.

Por cierto, los coches muy bonitos.

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