martes, 10 de julio de 2007

Recomendaciones para viajar en autobús urbano


Con los consejos prácticos de hoy, concluye la trilogía cuyo título podía haber sido "manual de supervivencia en el transporte público de las megalópolis" y sin embargo, todo se ha quedado en unas simples recomendaciones de ir por casa. El taxi y el metro ya han pasado por la mesa de operaciones, ahora es el turno de analizar al hermano pobre: el autobús, la buseta, la guaga... o el gong gong qi che como se llama en China.

Para poder escribir este post en primera persona, no tuve más remedio que hacer de rata de laboratorio y subirme yo mismo al 205, ningún buen amigo lo quiso hacer por mi. Hasta esa ocasión, no había experimentado el derroche de adrenalina que se puede sentir a bordo de estos dragones del asfalto. Soy un halfpat pero al menos me llega para pagar los 11 RMB de bajada de bandera de los taxis o los 3 RMB del subterráneo.

Muchas de las recomendaciones para viajar en metro son válidas para el autobús sobre todo las que tienen que ver con la gestión de la masa humana. Ahora bien, el autobús presenta una serie de peculiaridades que conviene tener en cuenta.

1. Viajar en autobuses con aire acondicionado (空调). Hay otros más baratos, exactamente 0.5 RMB, pero subirse en pleno mes de julio a un autobús sin climatización, con otras 148 personas compitiendo por el mismo aire y con la chapa rozando el punto de fundición no está al alcance de seres humanos, salvo aquéllos con segunda residencia en Mercurio.

2. Agarrése a las anillas o a las barras. Ante el más que probable evento de un frenazo o de parada brusca, no espere que el resto de 148 personas que viajan con Usted ejerzan de colchón humano. No se han apartado cuando quería bajar en su parada pero lo harán al unísono unas milésimas antes de que el experimentado conductor pise el freno. Recientemente, se han probado las bondades del Pole Dancing como deporte pero practicarlo en el 205, sin depilar y enfrente de 148 personas quizá no sea lo más aconsejable.

3.Haga caso a las señales. Cuando la señora que vende los billetes saca un pañuelo rojo por la ventanilla, no está haciendo un homenaje a San Fermín aunque las bicicletas, ciclomotores y toda clase de ciclos que adelantan al autobús por su derecha puedan resultar más peligrosos que unos Victorinos en la curva de la Estafeta. Deje pasar a los astados manillares y busque refugio en la concurrida pero siempre anchas aceras.

4. Comprése una bicicleta. No contamina, le permitirá mantenerse en forma y se librará de empujar el autobús cuesta arriba cuando se averíe en plena tormenta tropical.

Buen viaje!

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