miércoles, 6 de octubre de 2010

Negocios turbios

La neutralidad siempre ha sido un negocio muy rentable. Suecia presume de ser un país neutral, no-alineado y bueno, muy bueno. Todo ello confiere a su sociedad una cierta superioridad moral arraigada en su ADN colectivo. Superioridad que cualquier gafapasta se encarga de recordar cuando la conversación deriva de lo cotidiano a lo divino y humano.

Hablando de lo divino, no puedo evitar ponerme en guardia ante cualquier frase que comience con un "nosotros en Suecia" porque sé que a renglón seguido viene algún mandamiento del estilo, no hemos sufrido ninguna guerra en 200 años. Cierto y sin embargo, la industria armamentística no ha dejado ni de producir ni de vender.

Hoy leo con estupor como una empresa sueca ha vendido a los chinos 70 cámaras de circuito cerrado equipadas con última tecnología para tener la plaza de Tian An Men digitalmente bunkerizada y esto sólo parece el inicio de una larga amistad ya que el mercado de la videovigilancia china es un filón.

Es lo que tiene la libertad de mercado que tanto gusta a los comunistas chinos.

No hay comentarios: