Recuerdo las tardes de Julio pegajosas como moscas
en la ciudad salvaje y brutal.
Recuerdos los amigos que un día fueron casi sin querer recordar.
Y el ruido de fondo,
era fondo y era más,
ahora es un piedra que avanza al océano abismal.
Recuerdo la familiaridad de caras extrañas, hombres y mujeres, por igual.
El tiempo pasa, es verdad
y los días y las hojas y las metáforas
y todo queda lejos y perdido como un jueves de infancia.
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